sábado, 19 de enero de 2019

EL TREN




MI  TREN


El tren se vuelve aroma, cuando llega a mi pueblo,
y nube, tiznada con bostezos de humo y de siesta,
entre bocanadas anchas de alegría y de estrépito.
Siempre aguardo impaciente
el momento mágico de su parada,
entonces me acerco y dejo marcada mi mano diminuta
sobre su costado gigante de hollín y de acero,
y ahí permanezco un instante eterno, cautivado,
feliz ante tanto ingenio, ajeno a los ecos
de las fugaces bienvenidas y despedidas de andén.

Mi tren es un péndulo que se zarandea lento
sobre dos finas líneas del universo, es un reloj girando
en el mismo círculo de tierra y de fuego,
un generador de latidos, una chispa encendida
en la noche sin luna, por los llanos sin fin de los Hijates
dormidos.
Mi tren avanza, y guarda su mejor secreto:
¿Cómo ser, sin ser de ninguna parte, de todos los lugares
del firmamento?
                                                                                                                 FrAn MELguizo.